martes, 21 de mayo de 2013

Adaptación ante el Conflicto en Pareja


Después de analizar la 1a parte: El conflicto en Pareja, pasemos a revisar como adaptarnos ante dichos conflictos.

El conflicto volverá a aparecer: Es conocida la frase que dice “se ha perdido una batalla, pero no la guerra”. La vida del hombre sobre la tierra es una continua batalla sobre uno mismo, nunca estamos del todo conformes, siempre deseamos algo más.

Esa capacidad de superación es positiva, pero en la pareja el éxito debe ser común. El hecho de que reaparezca el conflicto no es del todo negativo, lo positivo está en cómo enfrentarlo para ganar la guerra de la estabilidad matrimonial.

La pareja sana es aquella que ha logrado convivir con el conflicto. El esposo y la esposa a base de esfuerzo y dedicación han llegado a entenderse de tal manera que saben ya cómo adaptarse al conflicto o estrés que les provocan las circunstancias.

Cinco son las actitudes que cultivan el esposo y la esposa para adaptarse al conflicto:
      1. Son capaces de ver el conflicto como una parte normal de la vida familiar
Las parejas sanas son realistas en sus objetivos y expectativas. No esperan la perfección de la vida familiar. Pero un punto importante es que no asocian los problemas con el fracaso personal. Saben que los desacuerdos menores en los distintos aspectos de la vida familiar son parte de lo que sucede en las familias. Por tanto buscan formas para superarlos

      2.  La pareja aprende a compartir tanto los sentimientos como las palabras
La comunicación debe ser integral. No es sólo conocer los hechos de lo que se desea sino que se deben expresar también los sentimientos. Es importante no sólo el "qué", sino también el "cómo" se dicen las cosas: cada miembro de la pareja presenta lo que es importante para él. No dar por supuestas las cosas. Si uno se queja por la falta de comunicación ¿se pasa a hacer algo al respecto?
Amar es aprender a dar y a recibir. Si los dos viven esta realidad, estarán viviendo un aspecto muy importante del amor y de su realización como personas y como pareja.

3.      Desarrollar habilidades para resolver los conflictos
El diálogo y la comunicación ayudan a resolver los conflictos pero por sí mismos no bastan. Estrategias como  la creatividad, el ingenio y la perseverancia ayudan también a provocar el diálogo en el lugar y en la hora adecuada. Actitudes como:
  • Si es posible evitarlo, evítelo. Esto implica saber ceder.
  •  La pareja no debe competir entre sí, son el mismo equipo.
  • Adaptación: capacidad de sacrificar los propios intereses en favor del otro.
  • Compromiso: Cada persona pone algo de su parte para resolver el conflicto.
  • Colaboración: es la capacidad de tratar de satisfacer las necesidades del compañero, es necesario ser sensible a lo que el otro necesita, desea y siente. El diálogo es vital en este campo, pues no se trata de adivinar lo que el otro desea. 

    4.      Son sencillos y humildes para aprovechar el apoyo de las gentes y los sistemas
El hombre es un ser eminentemente social. Necesitamos de los demás y ellos necesitan de nosotros. Es importante no vivir aislado en medio de una multitud. La pareja busca información del conflicto, intenta comprender el acontecimiento, es capaz de buscar un apoyo social entre parientes, amigos, vecinos y de otras familias que pasan por situaciones semejantes, incluso una ayuda profesional; tienen una visión optimista de los acontecimientos y mejoran la comunicación familiar

5.      Como pareja tienen la capacidad de modificar sus actitudes
Los miembros de las parejas sanas se adaptan y cada uno copia las técnicas del otro para resolver los conflictos y encarar el estrés. Cuando se ven frente a las tensiones, las parejas adaptables tienen la capacidad de modificar sus actitudes para superarlas.

             Conclusión
Colocar una moneda en la palma de la mano implica ver una sola cara de la misma, pasar esa misma moneda a la palma de otra persona implicar tomarla con ambos dedos y presionar ambas caras. Algo semejante pasa en la vida matrimonial, en el conflicto sólo vemos la moneda en la palma de mi mano, cuando provoco el diálogo estoy pasando la moneda a mi pareja, y en ese momento puedo ver ambas caras.

La moneda tiene un valor, el matrimonio vale aún más; la moneda tiene un peso, el matrimonio pesa aún más; la Biblia dice “quien tiene un amigo, tiene un tesoro” (Ecles 6,14), el gran amigo en el matrimonio es la pareja, hagamos que esta amistad crezca y que los momentos de conflicto hagan más maduro y confiable la perseverancia matrimonial




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