Es dentro de la familia el lugar natural donde los
hijos nacen, crecen y maduran y por lo tanto es la familia el lugar natural
donde los hijos vivirán la experiencia del matrimonio por el testimonio y ejemplo
de sus padres y familiares cercanos, dígase abuelos y tíos.
Introducción.
El
documento papal "Familiaris Consortio"
en su número 66 dice: “La preparación al matrimonio ha de ser vista y actuada
como un proceso gradual y continuo. En efecto, comporta tres momentos
principales: una preparación remota, una próxima y otra inmediata”.
Me gusta mucho la frase en la que el Papa Juan
Pablo II afirma que la preparación al matrimonio es un proceso gradual y
continuo, es decir, conforme a la edad de los individuos que crecen (gradual) y
de un modo constante (continuo)
Formación y
Preparación.
Me gustaría distinguir la diferencia que existe
entre “formación al matrimonio” y “preparación al matrimonio” ¿Por qué no
indican lo mismo?
La formación
indica un camino que se va haciendo: comprende la “preparación remota” y la “preparación
próxima” al matrimonio. Los agentes involucrados en este periodo son: la
vida familiar, las buenas amistades, y el periodo del noviazgo.
La preparación
en un modo más específico corresponde a la “preparación
inmediata” o el paso del noviazgo al
matrimonio, es el final de la vida del soltero para ingresar a la vida del
matrimonio. Los agentes involucrados son el novio, la novia y el cursillo
Prematrimonial.
A) COMO
FORMACIÓN AL SACRAMENTO DEL MATRIMONIO.
1. Preparación remota:
compete a la vida familiar.
- La familia: escuela de
virtudes. Acá los hijos aprenden a ser generosos, disponibles y sacrificados. En
el hogar se valora la disciplina, la vida espiritual, el ahorro, etc. Los papás
deben tener siempre presente que son ellos los que ayudan a sus hijos, a través
de las virtudes, a ir construyendo los cimientos del edificio matrimonial de
sus hijos. Hay virtudes que si no son cultivadas en el seno familiar (orden,
pudor, respeto…) será muy difícil adoptarlas en la vida adulta.
- No cansarse de sembrar, aunque otro tenga que cosechar: Insistir a
“tiempo y a destiempo” a las familias sobre la necesidad de formar hábitos y virtudes en sus hijos,
son estos las bases y columnas de su futura vocación laical, familiar o de vida
consagrada. Los Obispos, sacerdotes, diáconos, encargados de grupos familiares
o consultores familiares deben ponderar este aspecto. Varios matrimonios
jóvenes no están perseverando por la falta de buenas costumbres, por no aceptar
la renuncia o el sacrificio. Sobre buenos sentimientos no se puede
proyectar un matrimonio. La formación debe ser integral y se empieza en
el hogar.
- Las charlas, pláticas y conferencias a los matrimonios deben ir
dirigidos a la importancia de su testimonio
de vida ante los hijos; a dar
información para ayudar a sus hijos a crecer en las virtudes; y ayudar a la pareja a que se dediquen
tiempo para sí.
- Enseñar a los hijos aspectos a la formación del carácter que les ayude al dominio y recto uso de las
propias inclinaciones, el respeto a las personas del sexo opuesto, el pudor, la
modestia, el modo de vestir, el correcto uso del vocabulario.
- Los equipos de pastoral familiar deben estar cercanos a los matrimonios jóvenes. Invitarles a retiros
espirituales, escucharles en su proceso de pareja, invitarles a algún
voluntariado en común.
2. Preparación próxima: compete a las buenas amistades y al
periodo del noviazgo.
- Grupos juveniles: que los
hijos en su estado de adolescentes y jóvenes puedan asistir y participar en
grupos parroquiales, grupos juveniles, voluntariados, obras misioneras. Todo
esto provoca que ellos crezcan en generosidad, que se junten con personas que
practican la misma fe y que viven de modo sano. Un joven en un ambiente sano
encontrará por obvios razones una chica sana, y viceversa. Pretender encontrar
la pareja ideal dentro del bar, discoteca o lugares similares es algo iluso.
- Buenas amistades: que los
padres de familia conozcan las amistades de sus hijos y a los padres de sus
hijos. No se trata de escoger las amistades de sus hijos, sino de ver que estos
grupos de amigos les ayudan a perseverar en el bien.
- Noviazgo: invitar a los
novios a distintos eventos en los que puedan ellos conocerse mejor: charlas,
conferencias, congresos. Que sus respectivos Padres les valoren y ponderen la
hermosa etapa del noviazgo, con lo que corresponde al crecimiento que puedan
tener como pareja y los límites de frontera que corresponden ya a la vida
matrimonial (en modo concreto la vida moral-sexual)
- Formación en los valores:
como novios la pareja debe analizar
lo que tienen en común, lo que tienen
como complementario y lo que tienen en opuesto. Sería muy oportuno que la
pareja tenga un guía espiritual u orientador familiar que les ayude a
proyectarse a largo plazo. De manera que una guía objetiva les ayude a tomar
decisiones basadas en la razón y el sentido común y no sólo bajo la pasión de
los sentimientos y el enamoramiento.
B) COMO PREPARACIÓN AL SACRAMENTO DEL MATRIMONIO.
Inicio con un
ejemplo: si supieras de un curso para aprender a manejar un avión en 12
lecciones ¿te subirías a ese avión sabiendo que el piloto sólo tomó 12
lecciones? Probablemente no. Va en riesgo tu vida y ésta es muy valiosa como
para arriesgarla innecesariamente. Del mismo modo no podemos pretender que un
“Curso Prematrimonial” compuesto por 12 sesiones logre por sí mismo ayudar a la
perseverancia final del matrimonio, dará las pautas y guías para perseverar en
pareja, pero se debe trabajar una Pastoral Familiar más completa para lograr
los objetivos.
1. Preparación inmediata:
compete al curso prematrimonial.
- El párroco y los
matrimonios que asesoran los “Cursos
Prematrimoniales” deben evaluar frecuentemente el éxito de las pláticas, la
profundidad del contenido catequético, la ilusión con que se lleva este
requisito previo al matrimonio. Para varias parejas tal vez sean estas pláticas
el único momento fuerte en que recibirán la catequesis propia del sacramento,
por ello no hay que aminorar esfuerzos para que estos “Cursos” sean dados a
nivel profesional.
-
Curso prematrimonial: que toquen temas vitales como:
·
Conocimiento integral de la pareja: académico, espiritual, humano,
pastoral. Conocer a la familia del cónyuge y formar buenas relaciones entre sí.
Conocer a las amistades comunes y grupos sociales.
·
El amor es la base de nuestro matrimonio ¿Qué idea tenemos de ello?
·
El amor tiene unas características bien definidas ¿Cuáles son?
·
El diálogo entre los esposos es la clave para lograr el entendimiento· El matrimonio en los planes del Creador
· ¿Qué cambia entonces al casarnos por la Iglesia?
· La oración en el matrimonio: diálogo de tres (Esposo-Esposa-Dios). Perseverar en la oración: frecuencia a la recepción de los sacramentos (Penitencia y Eucaristía)
· La espiritualidad del matrimonio: llamados a ser Santos
·
La ayuda mutua, la economía y administración de casa. Trabajo estable.
¿Qué ambos trabajen?
·
Sobre los hijos: educación, número, apertura a la vida. Criterios
elementales sobre la educación
·
Métodos de planificación familiar y paternidad responsable: información
sobre los métodos naturales de diagnóstico de la fertilidad, sexualidad
conyugal, castidad conyugal. Con una explicación médico-biológica de la misma y
una explicación teológica moral.
·
El sacramento del matrimonio en el Derecho Canónico: impedimentos,
nulidad, capacidad.· Conocer la liturgia del rito del sacramento del matrimonio
Conclusión:
La preparación inmediata al matrimonio no compete sólo a la Iglesia, también deben hacer su aportación la sociedad y las otras familias, cada cual según su ámbito particular y haciendo esfuerzos comunes para apoyar a la familia: renta de una casa, facilidad financiera para comprar un departamento, estabilidad en el trabajo, Congresos Familiares, etc.
El matrimonio es una gran
bendición de Dios, mantengámonos siempre disponibles para brindar nuestra ayuda
a los novios, a los matrimonios jóvenes, a los matrimonios en dificultad. Dios
en su infinita generosidad nos los premiará.